Llegamos arriba y abandonamos el transporte en fila, deseándonos suerte!!! Cientos de aplausos estallan a la vez ante el paso de los primeros corredores del ultra. A lo lejos, veo sus ojitos, me acerco, les beso y les recuerdo cuanto los quiero, ella me pregunta cuánto voy a tardar, le digo: "enseguida estoy aquí" y es entonces cuando la jueza nos llama al control de material, formado por 6 jueces muy exigentes que nos revisan y nos controlan el chip. Ya estoy dentro "me coloco detrás de unos 500 corredores expectantes ante la llegada de la elite mundial. Un simpático speaker comienza la cuenta atrás, 5, 4, 3, 2, 1.. no logro controlar la emoción y lloro, pistoletazo de salida.... Empiezo la carrera con calma, siguiendo los consejos de David, mi entrenador, a mi alrededor corredores de todo el mundo avanzan tranquilos, yo ahora estoy helada, un extraño sudor frío que no consigo encajar bien empapa mi cuerpo, pero ante la belleza del bosque de cuento que me rodea, lo olvido y sigo avanzando. Primer avituallamiento, relleno mis bidones, como unas nueces, monto los bastones y me digo: "comienza lo bueno", una senda serpenteante y estrecha de unos 5 kms se presenta ante mi. Segundo avituallamiento, he ganado posiciones, pasando de la 780 a la 317, como algo de fruta y sigo subiendo, cada vez más alto, algunos ya se quedan rezagados y a mi mente llegan palabras que alguien me dijo en el anterior maratón: "no tengas prisa, la montaña pone a cada uno en su sitio". Está vez voy camino del cielo porque atravesamos las nubes y vuelvo a mojarme otra vez, los cambios de temperatura me empiezan a pasar factura, y ahora sí, voy corriendo encima de las nubes!!!. De repente otro paisaje, no doy crédito, es tierra volcánica y la temperatura sube de golpe a un calor infernal, bebo sin parar y tomo magnesio ante el miedo a deshidratarme. Empiezo a sufrir el mal de altura, me siento mareada y me cuesta respirar, pero me animo a mi misma y sigo corriendo, ofrezco mi ayuda a corredores que chillan de dolor y continuo mi carrera. Cuarto avituallamiento, llego al Roque de los muchachos, punto más alto y corte de paso, piso la alfombra con un gran suspiro al saber que me han sobrado 2 horas y puedo continuar, sigo ganando posiciones, ya estoy en el 282 y ahora toca bajar.
18 kms de bajada se presentan ante mi con un desnivel negativo de 3820 vertiginosos metros, voy escuchando mi cuerpo, sobre todo mis piernas, porque me encuentro demasiado bien, pero me lanzo abajo y sigo disfrutando, avanzo y avanzo hasta ir pasando los últimos avituallamientos. Ahora si, km 40 y comienzo a sufrir, aún tengo 5 más para llegar a meta y mis piernas están desechas, una chica cae 3 veces en apenas 1 km, otra avanza descalza con un pie roto, todos estamos destrozados. Llego al paseo marítimo, ya oigo al speaker, los busco con la mirada y alargo mi brazo para coger su pequeña mano, desaparecen todos los dolores y avanzamos juntas por la alfombra, miles de aplausos estallan a nuestro paso y esta vez lloro a lágrima viva, el speaker dice mi nombre y también dice que es una imagen preciosa, alguien se acerca y le alarga la medalla para que ella me la ponga, me arrodillo a su lado y con sus manitas la coloca en mi cuello, la abrazo y todo el mundo aplaude más fuerte si cabe, -" ves que poco he tardado" le digo entre lágrimas... y aquí acaba mi sueño, pero seguiremos cumpliendo sueños, porque como dice kilian, "si no soñamos estamos muertos!!!!" Finalizamos con esta bonita imagen, ya que no disponemos de fotografias del evento, aunque al final todo queda guardado en nuestra retina!!
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