Es una lastima, pero esto no siempre puedo hacerlo, ya que si compro una bota de montaña, como por ejemplo una G5 de La Sportiva, no podré utilizarla para hacer senderismo por mi pueblo, a no se que mi pueblo esté a más de 5000 metros, y en este caso me preocuparán otras cosas.
A la hora de elegir un frontal ocurre igual, yo mismo dispongo en este momento de al menos 5 frontales diferentes que he ido acumulando con el paso del tiempo, pues todo empezó con un novedoso Tikka de Petzl allá por el año 2000 si no recuerdo mal, en aquel momento, ya me pareció un gran invento, ya que con un par de juegos de pilas, podías pasar un par de noches con luz, aunque hubiera que seguir llevando una linterna para poder ver en las distancias más largas.
Desde entonces, mis actividades en la montaña han cambiado y han pasado de necesitar iluminación para preparar la tienda, la cena y no morderme los dedos a necesitar un potente chorro de luz capaz de soportar el rito durante horas, resistiendo golpes de ramas y aguantar inmersiones en las frías aguas de algunos barrancos de nuestra geografía.
Y es que la tecnología todo lo puede, pero nosotros vamos a su mismo ritmo.
Es ahora cuando te cuento el porqué de esta entrada, y es que, desde hace un tiempo, existe una guerra que se libra cada día en las tiendas y cada noche en las montañas.
Todos los fabricantes están tirando de lo más puntero en tecnología Led, para armar sus juguetes con las prestaciones que el cliente está buscando, y aquí nos encontramos el primer problema.
Con una medía de entre 7 y 10 modelos diferentes por fabricante, como consumidores finales, nos podemos volver locos entre Lumens, Mili-amperios y posiciones.
Lógicamente no existe el frontal universal, y seguro que no llegará a existir nunca, porque sobre necesidades personales, nadie se atrevió nunca a escribir un libro, pero de una vez por todas, vamos intentar arrojar un poco de luz sobre el asunto, nunca mejor dicho.
Esto está muy bien, pero, ¿ yo que frontal necesito?, esta es la típica pregunta que nos hacen nuestros clientes cuando nosotros, gratuitamente le preguntamos que frontal necesitan.
Existen diversas respuestas, los corredores de Trail y de Ultras, tienen claro que quieren duración y potencia, en la mayoría de los casos necesitan un piloto rojo, por petición expresa de algunas carreras de montaña. Una potencia de entre 150 y 300 Lumens está bien para la mayoría de situaciones.
Los alpinistas, necesitan más batería, y a poder ser, que esta esté en la parte trasera del frontal, por aquello de poder taparla con el gorro, y prolongar más su duración. Moviéndote en un rango de entre 90 y 250 Lumens tendrás más que suficiente.
Los escaladores, tienen diversas opiniones, pues si son diurnos, cualquier frontal les sirve, pero si la escalada es nocturna ya es otra cosa, porque precisan de potencia lumínica, ligereza y duración de batería. Aquí se ensancha el segmento, un buen frontal será aquel que esté entre 100 y 400 Lumens.
Los barranquistas, vienen buscando la estanqueidad de un frontal pero sin que esto perjudique a la cantidad de Lumen, ya que en terreno de altura y agua, es muy necesario tener una iluminación correcta. Se necesita intensidad, por lo que nos moveremos entre 200 y 500 Lumens y deberemos de elegir la opción que sea al menos IPx67 para poder sumergirlo al entrar en el agua.
Y por último, los genios para los que en principio se fueron desarrollando los primeros frontales, los espeleólogos.
Estos buscan sobre todo potencia, un buen chorro de luz que ilumine las grandes salas, no les preocupa tanto el peso del aparato, pero si precisan que disponga de baterías de larga duración, o de recambio. Es muy importante para ellos también el chasis, por el tema de los roces de casco contra las rocas, y también la categoría IP del frontal, pues por debajo de IPx67, un frontal que se meta en el agua, se oxidará, y pronto dejará de funcionar.
En este caso, la variedad abre el abanico de opciones, desde 300 hasta 3000 Lumens en frontales especializados y con soportes para casco.
Si tu caso es parecido al mio, que te divides entre los deportes de aventura, por épocas del año y te gusta picotear un poquito de aquí y un poquito de allá, puedo indicarte un modelo que cumplirá bien con casi todas tus expectativas.
Voy a contaros mi experiencia con el Fénix HL60R, un frontal con carcasa de aluminio, 950 Lumens de potencia máxima, sumergible hasta 2 metros de profundidad, con batería de 2600 mAh y por un precio realmente sorprendente para las prestaciones que ofrece.
El HL60R, nos ofrece una potencia máxima de 950 Lumens en su modo Turbo, una función que fundirá la batería de nuestro potente frontal en tan solo 48 minutos, pero que nos ofrece una luz de calidad a una distancia de más de 115 metros. Esta función viene limitada, por lo que cuando la actives te dará el máximo de potencia durante aproximadamente 15 segundos, lo cual es suficiente para localizar un camino, un paso clave de escalada o si la cuerda llega a la poza desde la cabecera.
Automáticamente la iluminación se pondrá en el modo High, que es la potencia máxima en flujo constante que este frontal puede ofrecer.
Esta función nos permite disponer de 400 Lumen de chorro de luz durante poco más de 3 horas.
Con 400 Lumens es más que suficiente para correr por la montaña en sendas cerradas, progresar por un glaciar abierto, localizar los mejores cantos a los que agarrarte y avanzar por cavidades con total confianza.
El HL60R dispone de 4 modos de iluminación aparte de los nombrados anteriormente, Mid, Low, Eco y Red Light.
Al encender el frontal, por defecto este se enciende en la función Mid, y nos proporciona un caudal constante de 150 Lumens. No parece gran cosa, pero si contamos que 150 Lumens es la media de potencia en frontales para caminar en alpinismo, que es suficiente para correr por sendas abiertas y que además nos permitirá tener esta cantidad de luz durante unas 10 horas, la cosa cambia.
Como observación, diré que el modo eco, saca una potencia de tan solo 5 Lumens, pero una vez la batería diga basta, el frontal nos permitirá ir agotando la batería en esta potencia, pues automáticamente cambia a este modo cuando entra en nivel critico de carga.
5 Lumens no dan para mucho, pero si la situación es fea, siempre son mejores 5 Lumens que la oscuridad total.
La carga del frontal se realiza mediante un puerto micro USB que tiene integrado y protegido por una junta, y la carga corta automáticamente una vez el dispositivo alcanza el nivel máximo.
Las baterías de este frontal se pueden comprar aparte, por un precio realmente razonable, y de esta forma doblar las posibilidades que el Fénix nos ofrece.
Como colofón, existe un accesorio que funciona de miedo, un cargador externo, que dispone de un puerto de entrada ( para cargar) y un puerto de salida ( para descargar), lo cual nos permite realizar las cargas de baterías fuera de la unidad y a la vez nos servirá de batería externa para poder hacer una carga a un teléfono móvil en caso de necesidad si disponemos de el en nuestras aventuras de montaña.
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